By John Hickenlooper
March 27, 2020
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Colorado está afrontando un reto nunca visto. Mientras enfrentamos esta crisis de salud pública, nuestros líderes nos están pidiendo hacer nuestra parte para aplanar la curva de contagio del COVID-19, o coronavirus. Eso significa, cerrar zonas de esquí y bares; educar a nuestros hijos en casa; y evitar hacer presencia en lugares con alta concentración de personas como son los restaurantes.
Sin duda, este rápido y necesario cambio en la forma en que vivimos ha transformado radicalmente nuestro estado y ha impactado nuestra economía. Teniendo especial impacto en las pequeñas empresas y sus empleados. Como ex cervecero y dueño de restaurante, conozco la angustia por la que está pasando la gente de la industria de servicio y otros negocios pequeños.
Si bien ninguno de nosotros ha vivido una crisis como la que estamos enfrentando hoy, conozco muy bien las noches de insomnio de un dueño de un negocio pequeño, pensando en cómo se va a pagar a todos los empleados, ejecutando y repitiendo diferentes proyecciones mentalmente y buscando una solución. En los primeros años de mi cervecería Wynkoop, muchas veces cobré un sueldo bajo para que mi negocio pudiera seguir funcionando y los empleados pudieran obtener lo que merecían.