La reforma migratoria integral está muy atrasada. Hace siete años, teníamos un acuerdo bipartidista sobre inmigración y seguridad fronteriza, pero, como de costumbre, Washington puso la política por delante de los resultados. Solo en el Congreso los políticos pudieron terminar sin hacer nada sobre un tema en el que tenían un acuerdo.
El presidente Trump ha empeorado las cosas al crear una crisis humanitaria en nuestra frontera sur separando a los niños de sus familias y colocándolos en jaulas, permitiendo que las solicitudes legítimas de asilo no se escuchen y utilizando la ayuda humanitaria para el Triángulo del Norte como moneda de cambio. Su administración está desperdiciando decenas de miles de millones de dólares en un muro fronterizo ineficaz y en la deportación de residentes de largo plazo respetuosos de la ley. El sistema de inmigración roto está lastimando nuestra economía y creando una cultura de miedo que hace que todos los estadounidenses estén menos seguros. Al apoyar las políticas del presidente Trump, el senador Gardner está empeorando nuestros problemas.
Como gobernador, tomé medidas decisivas para abordar nuestros desafíos de inmigración mientras mantenía seguros a los residentes de Colorado. Firmé una legislación histórica que otorga matrícula estatal a DREAMERS (Ley de Desarrollo, Ayuda y Educación para Menores Extranjeros- DREAMERS por sus siglas en inglés), uno de los primeros proyectos de ley de este tipo en la nación. Inicié un nuevo programa para hacer que nuestras carreteras sean más seguras al otorgar licencias de conducir a inmigrantes indocumentados, lo que hace que sea más fácil para las personas tener seguro de automóvil y aprobar los mismos exámenes de conducción segura que se requieren para todos los demás. Y me opuse activamente a la horrible decisión de Trump de terminar con DACA (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, DACA por sus siglas en inglés).
Mientras tanto, en Washington, cuando estábamos a punto de aprobar una reforma migratoria integral bipartidista, el senador Gardner se opuso y ayudó a bloquear su aprobación en la Cámara Legislativa. Teníamos un acuerdo bipartidista sobre inmigración y seguridad fronteriza, pero, como de costumbre, Washington puso la política por delante de los resultados.
Necesitamos financiar adecuadamente nuestro sistema de inmigración actual para que abogados, traductores y jueces puedan proporcionar una adjudicación oportuna y justa para los casi un millón de casos pendientes. Necesitamos establecer inmediatamente centros de procesamiento para familias en nuestro en nuestra frontera sur y restaurar completamente la ayuda humanitaria y de seguridad a Guatemala, Honduras y El Salvador. Finalmente, debemos proporcionar una debida asistencia a los refugiados y acceso a servicios médicos para familias inmigrantes.
A largo plazo, nuestro país estará más seguro si promulgamos una reforma migratoria de sentido común que logre el doble objetivo de crear un camino hacia la ciudadanía al tiempo que garantiza la seguridad fronteriza y protege a los trabajadores estadounidenses. Está dentro del poder del Senado de los Estados Unidos actuar sobre este tema y requiere la voluntad política que el Senador Gardner parece ser incapaz de reunir.
Si soy elegido para el Senado, estoy comprometido a revertir la agenda de inmigración dañina de la administración Trump y ayudar a restaurar la humanidad a un sistema roto.
